lunes, 7 de julio de 2014

7 DE JULIO: DÍA NACIONAL DE LA CONSERVACIÓN DEL SUELO


“El suelo productivo es el fundamento de la agricultura perdurable sin la cual no puede haber prosperidad ni progreso”
Esta frase corresponde al Dr. Hugh Hammond Bennet (Abril 15, 1881 — Julio 7, 1960) un reconocido hombre de ciencia que dedicó sus esfuerzos para lograr aumento de la producción del suelo sin dejar de lado su protección y trabajó para concientizar de sobre los beneficios de su adecuado manejo y conservación.
El 7 de Julio de 1963 por decreto presidencial N° 1574 se instituyó el Día Nacional de la conservación del Suelo en homenaje al Dr Bennett; pionero en la lucha contra la erosión y creador del actual Servicio de Conservación de los Recursos Naturales, (NRCS) en el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) donde se desempeñó, hasta su retiro en 1951. En nuestro país, la experimentación, difusión y enseñanza de la conservación de suelos tuvo referentes como los Ingenieros Agrónomos: Casiano Quevedo, Julio Ipucha Aguerre, Antonio Prego y Jorge Molina. Algunos de ellos fundadores de la AACS (Asociación Argentina de la Ciencia de Suelo), comunidad científica que nuclea profesionales vinculados al estudio del suelo. A nivel región, los socios de la Filial NOA de la AACS creada en 2010 aspiramos a generar y difundir conocimientos que contribuyan a la resolución de problemáticas de interés local.
Actualmente la agricultura enfrenta grandes desafíos: producir alimentos para una población de 9000 millones de personas que habrá en el año 2050, según proyecciones de la ONU y reducir el impacto ambiental cuidando los recursos naturales. La intensificación del uso del suelo con el consiguiente incremento de la producción tiene un fuerte impacto en los recursos, por ello es fundamental disponer de mayor volumen de conocimiento de los factores naturales que intervienen. El suelo es el principal capital del productor y por extensión de toda la comunidad. Por ello la conservación del mismo es de interés de todos, porque de allí provienen nuestros alimentos.

Entre los procesos degradatorios del suelo, producto en muchos casos por el manejo inadecuado de este recurso, se mencionan la erosión (perdida de las capas más fértiles del suelo), salinización, desertificación. En nuestro país se estima que un 20% del territorio (60 millones de hectáreas) está afectado por erosión hídrica y eólica, lo cual genera una pérdida anual en producción superior a los 1000 millones de dólares. Por ejemplo, por cada centímetro de suelo perdido, el rendimiento del maíz disminuye 250 kg, el trigo, 150, la soja 100 kg por hectárea. La siembra directa con rotación de cultivos, la reposición de nutrientes y la adopción de prácticas para control de erosión comenzaron a difundirse desde principios de la década ´90 mejorando significativamente la salud de los suelos. Otra herramienta que contribuye a la conservación del suelo es la diversificación de la producción, siendo clave en la sustentabilidad no solo ambiental sino también social. Por ello se debe prestar atención a la expansión de la agricultura en ambientes vulnerables. El Ing. Roberto Casas (INTA) expresa que en este contexto, cobra importancia el ordenamiento del territorio por parte de los estados provinciales que conjuntamente con la legislación conservacionista, la educación ambiental y la agricultura certificada deberían ser los cuatro pilares de una
agricultura innovadora, moderna, de producción creciente y respetuosa del ambiente. Esta es una visión a largo plazo, basada en el valor ético del cuidado del suelo como recurso generador de alimentos, riqueza y bienestar para la nación. El manejo del suelo con criterios conservacionistas implica un cambio de paradigma, es la esperanza para contar con buenos suelos en el futuro.
San Salvador de Jujuy, Julio 2014

Ing. Agr. Raúl Colque- Laboratorio de Análisis de Suelo y Agua - FCA UNJu.
Ing. Agr. Patricia Arias -Cátedra de Edafología FCA UNJU.


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